La mirada de un párroco, desde la esperanza y el optimismo. Ésta es la propuesta del autor de estas reflexiones que tendrán una periodicidad quincenal.

sábado, 24 de diciembre de 2011

¿Dónde se vive la Navidad?


¿Dónde se vive la Navidad? ¿Qué es la Navidad?

Son las preguntas que les formulé a los jóvenes de Confirmación el viernes pasado en nuestro encuentro semanal. Las repuestas que me dieron y que no voy a reproducir aquí vaciaron por completo mi “cantimplora”.

Esto me lleva a cuestionarme la transmisión de conocimientos, de testimonios y de valores dentro de las familias. Esto me lleva a reflexionar sobre el grado de captación de conocimientos y vivencias de ciertos jóvenes que han recibido las “clases de religión” en las escuelas y los institutos.

Ante este ambiente, los cristianos tenemos que llenarnos de fortaleza en el Espíritu, pues sabemos que a lo largo de nuestra geografía de piel de toro, y en el resto del planeta hay miles y miles de comunidades que se reunirán para celebrar que Dios, hecho hombre, ha querido nacer como uno de nuestra familia.

Por muy preocupantes que sean las noticias de la economía, de la política o de la vida cotidiana que nos transmiten los medios de comunicación, debemos hacer caso, con gozo, del mensaje del profeta: “Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el Señor consuela a su pueblo”. “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo: porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado”.

Cierto que estos días para un cristiano nos deben de llenar de gozo nuestro espíritu, y quiero daros a conocer unas letras llenas de pasión que llegaron a mis manos hace unos  años:
 
Es NAVIDAD porque a pesar de la crisis, el individualismo y la falta de solidaridad que segrega y margina, cada días hay más gente que tiene ganas de compartir y de vivir de forma sencilla y fraterna.

Es NAVIDAD porque a pesar de los crímenes, la tortura, la violación, la droga y la delincuencia, cada día hay más hombres y mujeres, niños y jóvenes  que se desviven por un mundo más justo, mas humano, más responsable.

Es NAVIDAD  porque a pesar del atontamiento de la televisión, el borreguismo de la publicidad y la manipulación de mucha información que se tilda de serie progresista, cada día hay más gente que se desvive para ser servidores de la verdad, para no jugar con las personas, para respetar los sentimientos de los otros.

Es NAVIDAD porque a pesar de la segregación, la marginación y las ansias de superioridad, la manía de clasificar a las personas o de catalogar a los vecinos, cada día descubrimos hombres y mujeres con explosiva sinceridad, hombres y mujeres de esperanza y defensores de sus hermanos más oprimidos.

Es NAVIDAD  porque a pesar de las torres caídas, de los atentados del 11 M, del armamento nuclear y de las guerras fraticidas, las heridas de la metralleta terrorista, el desequilibrio mundial y la globalización inhumana, cada día hay más manos blancas con ansia de ser constructores de la paz, de convivencia y de hermandad.

Es NAVIDAD porque a pesar  de que Herodes sigue presente en los dictadores de turno, en los explotadores sin entrañas, en los que promueven redes de destrucción, cada día hay nuevos magos que, guiados por la estrella del amor, descubren en el libro de la Palabra que el Niño Dios nacido en Belén, sigue naciendo en nuevas miradas, en nuevos sollozos, que luego vuelven a la vida cada día por caminos de Paz, Justicia y Amor.

A todos los que leéis mi cantimplora ½ llena. ¡¡¡ FELIZ NAVIDAD!!!

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