La mirada de un párroco, desde la esperanza y el optimismo. Ésta es la propuesta del autor de estas reflexiones que tendrán una periodicidad quincenal.

sábado, 11 de junio de 2011

El muro de la vergüenza


Hace unos días regresé del país de Jesús. Un grupo de amigos realizamos el recorrido de Moisés desde el Sinaí, pero esta es una experiencia gratificante que ya os contare.

Hoy quisiera plasmar la experiencia desagradable que tuve una vez más al acercarme a Belén y ver el gran muro que separa a los seres humanos. Belén lugar del nacimiento del Rey David, y como dijo la profecía,  “Y tú Belén, tierra de Judea, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judea, pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel” (Mateo.2). Aquí visitamos el lugar de la estrella donde nació el Salvador y tuvimos nuestro buen rato de oración.


Israel tomó la decisión de construir el muro bajo el gobierno de Ariel Sharon el 23 de julio de 2001 en respuesta a la falta de dialogo entre pueblos. La construcción comenzó el 16 de junio de 2002 bajo el argumento del gobierno de "defender a los ciudadanos israelíes". El ocho de diciembre de 2003 las Naciones Unidas (ONU) solicitaron a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que se pronunciase sobre la legalidad del muro israelí. El 9 de julio de 2004, la CIJ declara "ilegal" el muro denunciando la violación del derecho humanitario internacional y de la Carta de derechos humanos.

El muro diseñado por Israel en 2002 ha sido modificado en varias ocasiones para retroceder a la llamada "línea verde" -la frontera entre Israel y los territorios palestinos reconocida por la comunidad internacional que resultó del armisticio de 1949-. Sin embargo, el 85 por ciento de los 413 kilómetros construidos actualmente se adentran más allá de la línea, según datos de Naciones Unidas.

En su dictamen no vinculante, la CIJ, con sede en La Haya, estimó el 9 de julio de 2004 que las medidas tomadas por Israel para preservar la seguridad de sus ciudadanos violan lo establecido en las convenciones internacionales. La CIJ denunció las trabas a la libertad de movimiento de la población Palestina, así como los límites a su derecho al trabajo, la salud, la educación y a un nivel de vida adecuados. El tribunal también advirtió del riesgo de convertirse en una barrera de carácter "permanente", lo que sería una "anexión de facto" de territorio palestino a Israel prohibida por la ley internacional. En su dictamen, la CIJ exigió a Israel: paralizar la construcción dentro de los territorios ocupados -incluido el Este de Jerusalén-, desmantelar los 200 kilómetros construidos en aquel momento, y reparar los daños sufridos a las poblaciones afectadas por la división.

El muro, de hormigón en algunas zonas y de alambre en otras, cuenta ya con 413 kilómetros, el 60 por ciento del total. Otros 73 kilómetros están siendo levantados en las localidades de Slafit, Hebrón y Qalqilya. Los planes actuales de Israel apuntan a la construcción de 709 kilómetros de barrera en total.

Al preguntar a un habitante de Belén sobre el muro, me  dio una respuesta que llena mi media cantimplora de tristeza: “mira, en el fondo el muro tiene su utilidad. “Los niños juegan al frontón, las madres no tienen miedo a que se pierdan  los pequeños, los ancianos toman la sombra en días de calor, y lo que es más importante: a nosotros nunca nos vendrá un Tsunami”.

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