La mirada de un párroco, desde la esperanza y el optimismo. Ésta es la propuesta del autor de estas reflexiones que tendrán una periodicidad quincenal.

sábado, 14 de mayo de 2011

Ministerios laicales


Mi amigo Leandro, que es un buen católico, siempre me esta machacando con actitudes no muy positivas. “Cada día va menos gente a misa y no vienen jóvenes” Mira, la gente no se confiesa pero todos comulgan” “Este año solo se ordena al presbiterado un seminarista”

Cierto. Recibe la Ordenación Sacerdotal un solo diacono, pero es por la espera de un año mas, al ser prolongado un curso más de preparación.

Esta es mi Cantimplora ½ llena.

Todos sabemos que ser Iglesia es la forma de ser cristiano, común a todos los bautizados creyentes. La Iglesia somos todos. La Iglesia es de todos. Todos somos, por tanto, responsables de la Iglesia. La corresponsabilidad es la forma de mostrar que la Iglesia es de todos.


El cristiano, todo cristiano, es fundamentalmente un “ministro” del amor de Dios respecto a los hombres y, por lo mismo, un servidor del amor de los hombres entre sí y para con Dios.  El Vaticano II dice que “los fieles, en virtud de su sacerdocio regio, concurren a la ofrenda de la eucaristía y lo ejercen en la recepción de los sacramentos, en la oración y acción de gracias mediante el testimonio de una vida santa, en la abnegación y la caridad operante”. (LG 10)
   
Sabemos que la diferencia entre el sacerdocio común de los fieles y el jerárquico está, en que el ministro ordenado hace todo lo que puede hacer el no ordenado y aquello que ministerialmente le corresponde, es decir, presidir la eucaristía y la reconciliación sacramental. El sacerdocio jerárquico no está en competencia, sino en continuidad armónica con el sacerdocio de los fieles.
   
Todos participamos en la misión de Cristo que es única en su pluralidad -palabra, culto, caridad, dirección- y afecta y corresponde básicamente por igual a todos los miembros del pueblo de Dios, pero funcionalmente nos afecta de modo diversificado, según los servicios-ministerios que asume cada uno.
   
Son ya varias las diócesis que han comenzado a afrontar la necesidad de una reestructuración pastoral debido a la escasez de vocaciones y ven como solución la agrupación de parroquias, En nuestra diócesis el Colegio de Arciprestes y el Consejo de Presbiterio tendrían que reflexionar sobre este gran tema.

Pero por otra parte, tendríamos que ser valientes y  profundizar, animar a los seglares en la Misión y Ministerios Laicales.

El Ministerio del Catequista: Se trata no sólo de alguien que transmite un contenido catequético sino de alguien que anima y dirige un grupo; que hace progresar la iniciación y prepara a la confirmación; Que sabe conducir un itinerario distinguiendo las correspondientes etapas desde un planteamiento catecúmenal; que transmite la fe de la Iglesia y actúa en nombre de la Iglesia; que tiene una preparación especial adaptada a la edad de los catecúmenos; que ayuda a crecer en la fe y es consciente de su misión de conducir a su objetivo la iniciación cristiana.

El Ministerio del Educador Cristiano: Debe enriquecer e iluminar el saber humano con los datos de la fe. Hacer de la escuela, con su enseñanza, una escuela de fe, que transmite el mensaje cristiano. Buscar la armonía entre fe y cultura. Ayudar a realizar una síntesis entre fe y vida.

El Ministerio del Comunicador Cristiano: La identidad del comunicador cristiano se manifiesta más claramente desde las funciones de información y comunicación. También con la función formativa y evangelizadora.

Ministerio de Sanación: En el último encuentro del Colegio de Arciprestes se trato este tema. El ministerio de sanación debe situarse necesariamente en relación con el sacramento de la unción de enfermos, y que apueste por la salud permanente e integral del hombre; que luche contra todo tipo de enfermedad natural o provocada, física, psíquica o moral. Bien entendido y realizado este ministerio. Puede desempeñar una función muy importante en la comunidad cristiana, no sólo como significante especial de la comunicación del ministerio de Cristo con los enfermos, sino también como expresión de una de las aportaciones más específicas de la Iglesia a la curación, la salud y la salvación.

Ministerio del Promotor de la Pastoral Familiar: Toda pastoral tiene como objetivos esenciales la humanización y la evangelización, y sobre todo en el caso de la familia, ya que ella es el lugar de humanización y evangelización por excelencia. Este ministerio implica una verdadera promoción de la familia y puede responder mejor al tema un miembro casado de la comunidad y pueda dar respuesta a los problemas y aspiraciones en un mundo cambiante.

Ministerio de Reconciliación y Pacificación: Este ministerio ha existido históricamente en la figura del anciano, el carismático, confesor laico, y sigue existiendo hoy en la figura de aquellos laicos que desempeñan una tarea pastoral importante en las comunidades, en relación y colaboración con los presbíteros, bien como catequistas, laicos con carta de misión, o responsables de comunidad, jueces de paz, mediadores para la pacificación o resolución de conflictos.

Ministerio de la Animación Litúrgica y de la Comunión: Tema este que debe profundizar en la participación de los fieles; mostrar el camino del animador litúrgico y la misión del ministro extraordinario de la comunión, el cual esta muy unido al ministerio de la sanación.

Y para terminar queda un tema que nos debe llevar a la reflexión y que queda por profundizar, y  es el de  la mujer y los servicios ministeriales en la Iglesia.

Los Ministerios Laicales están por “descubrir” en nuestras comunidades, y son muchos los pasos que tenemos que dar. Un libro que me ha ayudado y os puede hacer mucho bien es “Misión y Ministerios Laicales” de Dionisio Borobio. Editorial Sígueme.
   
Creo que son muchos los seglares que han participado con ilusión durante varios años y han salido con todas sus fuerzas del Instituto de Ciencias Religiosas de nuestra diócesis, démosles nuestra confianza y nuestro apoyo en la misión. Son Iglesia.

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