sábado, 27 de octubre de 2012
Pequeños (grandes) recuerdos (VIII)
Mira Germán, yo quería ser cura, y de pueblo, pero, "el hombre propone y Dios dispone". Tal es así que al entrar en el Vaticano, nunca tuve en la cabeza ser otra cosa, y luego, mi vida vino a realizarse como quiso el Obispo, pero esto es otro tema.
Hoy quiero recordar que al entrar en el Vaticano, como nueva experiencia en el recorrido de auto-stop por Italia, y tras ver la Piedad de Miguel Angel, que ya comenté en mi anterior "Recuerdos" me impresionó las grandes gradas que estaban a los laterales, con los asientos para todos los obispos del mundo, pues celebraban el Concilio Vaticano II, y las columnas con los grandes santos de las Ordenes Religiosas. Todo estaba preparado para que, al finalizar el verano, el 8 de diciembre, se diera el broche final al Concilio Vaticano II.
sábado, 13 de octubre de 2012
La Fe es un don de Dios
Acabamos de cruzar las puertas para celebrar los cristianos “EL AÑO DE LA FE”.
La “puerta de la fe” está siempre abierta y es la clave para entrar en la Iglesia de Dios; con este concepto, el Papa introduce la Carta Apostólica en forma de Motu proprio que instituye el Año de la fe. Titulado Porta Fidei, el documento explica el sentido de este tiempo especial de gracia que comenzó el 11 de octubre de 2012 (50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II) y acabará el 24 de noviembre de 2013, solemnidad de Cristo, Rey del Universo.
El Año de la fe, será pues, un camino que la comunidad cristiana ofrece a muchas personas que viven con la nostalgia de Dios y el deseo de reunirse con Él de nuevo. Por tanto, es necesario que los creyentes sientan la responsabilidad de ofrecer la compañía de su fe, para estar próximos a los que preguntan sobre la razón de nuestra fe. Tendremos la oportunidad de confesar la fe en el Señor Resucitado en nuestras casas y con nuestras familias, para que cada uno sienta con fuerza la exigencia de conocer y transmitir mejor a las generaciones futuras la fe de siempre. Según el Papa, “en este Año, las comunidades religiosas, así como las parroquiales, y todas las realidades eclesiales antiguas y nuevas, encontrarán la manera de profesar públicamente el Credo”.
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